CONSTRUCCIÓN Carta a José Luis Roca. José Antonio García Solana Zaragoza A medida que iba escuchando sus declaraciones en una de las emisoras de radio de nuestra ciudad mi indignación como ciudadano y contribuyente iba en aumento, hasta llegar a la perplejidad cuando tuvo la desfachatez y desvergüenza de manifestar que las pérdidas del sector que usted representa, "construcción", deberían socializarse, y argumentaba que se habían hecho operaciones de adquisición de suelo, que en estos momentos no son rentables. Aún más perplejo y atónito he quedado al constatar que a día de hoy no he podido leer ni oír manifestación alguna de nuestros políticos, ni de la izquierda, ni de la derecha, respecto a semejantes manifestaciones. ¿No será que comparten sus ideas, tanto unos como otros? Yo les propongo a todos ellos mi propia idea que estoy seguro, al contrario que la propuesta del señor Roca, es susceptible de ser apoyada por un elevado porcentaje de población. Crear la llamada Mesa de Socialización con objeto de socializar el patrimonio acumulado a lo largo de estos últimos años tanto por parte de las personas físicas como jurídicas del sector. Patrimonio que debe estar al servicio del buen funcionamiento del sector, y que ha sido fruto del sudor y esfuerzo de todos sus componentes, también de gran cantidad de contribuyentes que han pagado precios importantes para mejorar su calidad de vida adquiriendo una vivienda digna (recuérdese que vivíamos en el país del crecimiento indefinido y todo iba viento en popa). Lo vivido y disfrutado por ustedes durante la bonanza lo pasaremos por alto. Seguidamente si fuese necesario socializaríamos las pérdidas, hasta llegar a alcanzar un perfecto funcionamiento del sector, donde las administraciones legislen a favor de un mercado justo tanto del suelo como de la vivienda evitando en todo momento la feroz especulación habida en el suelo y acaparada por los de siempre, gracias muchas veces a informaciones privilegiadas o a operaciones urbanísticas totalmente pactadas. Evitando de esta forma que sea el mercado el que dicte sus normas y nos gobierne según los intereses de los de siempre imponiendo condiciones leoninas entre las que la propuesta del señor Roca se lleva la palma. En pocas palabras, señor Roca, para socializar las pérdidas primero hemos de socializar los beneficios. De lo contrario alguien podría pensar que es usted un marxista tan de última generación que solo plantea la socialización cuando de pérdidas se trata, las suyas claro.
A solicitar éso hemos llegado. Sin rubor alguno. Y he de decir que me creo " a pies juntillas " lo que manifiesta José Antonio García. Y me lo creo, sí, porque lo he visto hace ya más de un año reivindicando mayor edificabilidad y recalificar la orla este en un programa de televisión de Aragón. Si no recuerdo mal fue en el programa Aragón a debate. Ya me quedé con su prepotencia, ya me quedé con la desnivelación de aquel programa a favor del sector promotor, con un Perez Anadón ( teniente de alcalde y concejal de urbanismo) que parecía que se jugaba la vida en ello, com una periodista de la Ser que parecía que media orla este fuera de ella. Fue espeluznante ver la camaradería contra la oposición de Chunta y el PP. Así que me creo que, después de llevar el país y las cajas a la bancarrota, tengan el cinismo de exigir la socialización de las pérdidas, tras el periodo de años y años subiendo los pisos los 6000 euros cada dos meses.
Los sufridos hipotecados, los sufridos curritos, los sufridos parados, los sufridos tardopensionistas a pagar con sus derechos y los de sus hijos los despelotes que hemos vivido estos años.
Como si no fuera suficiente que hayan acabado con las cajas y que el rescate de España recaiga sobre la masa y no sobre el contubernio financiero-político y empresarial. Se acuerdan de aquello de que la crisis no la paguen los trabajadores, pues eso era simplememte una ganancia de tiempo, ellos en la ubre y los demás cada día que pasa más a la intemperie.
Hay dos párrafos del blog de NOTITIA CRIMINIS, que resumen a la perfección lo que hemos vivido. Lo resumen tan bien, que los copio íntegros... simplemente geniales. A ese nivel llegaron, piensen en Grandes Scalas, piensen en las grandes ciudades en la nada, los Seseñas, los Yebes,ese era el nuevo paradigma, sólo hacía falta el reclamo, sólo hacía falta que te pusieran en el mapa. Lean con detenimiento, que no tienen desperdicio.
No obstante, para quienes consideran –y yo lo considero así– que la situación española ha alcanzado un estado de “corrupción endémica” tal y como la ha definido el Parlamento Europeo en el Informe Auken y que, por lo tanto, es obligación cívica sospechar, investigar y denunciar; lo conocido hasta ahora en Castilla-La Mancha –aunque no sólo ahí– dibuja una evolución preocupante en las estructuras de corrupción política. Si habitualmente se identifica corrupción con cohecho, es decir, con soborno, los datos disponibles pergeñan un esquema sustancialmente distinto y mucho más perfeccionado.Ya no se trata de que un constructor tenga que pagar un soborno a un alcalde o a un responsable político dentro de su ámbito de poder, sino de la creación de zonas geográficas de monopolio a favor de determinadas empresas o grupos empresariales vinculados más o menos abiertamente a los poderes políticos de esos territorios. Tales grupos no solamente se benefician de su privilegio monopolístico, sino de la disponibilidad incondicional e ilimitada del crédito por parte de los gobernantes regionales a través de las cajas de ahorro y, si llega el caso y así es necesario, de la potestad de estos para modificar la legislación aplicable y convertir en jurídicamente viable lo ilícito, si es que no lo decididamente delictivo.La crisis y el fiasco ladrillesco, además de haber puesto al país al borde de la intervención y de la liquidación del Estado Social, también han enervado estos nuevos esquemas de corrupción que amenazan con barrer el Estado de Derecho porque parten, precisamente, del mismo poder legislativo que los debería combatir; pero no los han hecho desaparecer. Permanecen donde estaban, a la espera de que vuelvan los buenos viejos tiempos, y sólo una más que improbable reacción civil podrá estorbar el desmoronamiento definitivo de la más elemental decencia pública.
Visto lo visto, visto lo que vemos en la megalomanía del psoe y el par, visto lo visto en el presidente de la asociación de promotores y constructores, no podemos sino grabar en nuestras mentes las últimas frases, y guardar en la memoria que:
" Permanecen donde estaban, a la espera de que vuelvan los buenos viejos tiempos, y sólo una más que improbable reacción civil podrá estorbar el desmoronamiento definitivo de la más elemental decencia pública "
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