domingo, 19 de febrero de 2012

LA CALLE ES EL PARLAMENTO

Dentro de unas horas nos manifestaremos millones de ciudadanos en todo el Estado. Habrá guerra de cifras en los medios. Ya hace días que hay una campaña en los medios ultracentristas contra los sindicatos. La verdad es que me da absolutamente igual. Lo que importa es que la gente se de cuenta de los que realmente nos jugamos en estos momentos.

¿ Dónde está la legitimidad democrática, en la calle o en el parlamento ? En principio, y en plan teórico, obviamente está en el parlamento. Pero, siempre hay un pero, la verdad está en la letra pequeña. La letra pequeña es que el partido vencedor, promovedor del LABORICIDIO, no llevaba tal propuesta en su programa. De hecho, de todo lo que dijo en campaña, y lo que dijo en la oposición, está legislando desdiciéndose. Por tanto, si hubiera hecho lo que decía en campaña, no habría calle en la que hacer política. Pero, al hacer todo lo contrario, el gobierno del PP se deslegitima a sí mismo.

La reforma laboral, laboricidio para otros, forma parte de una política neoliberal de shock, que supone aprovechar una crisis para hacer algo que no se atreverían a hacer en ninguna otra circunstancias. Es la política del vudú  ( Una política que no tiene cabida en un sistema democrático, una política que solo podría ser impuesta por una dictadura militar) aplicada en un sistema democrático. Consiste en llegar al gobierno por medios democráticos, con engaños, y luego poner en marcha un programa oculto. ¿ Recuerdan cómo se molestaban cuando se hablaba del programa oculto ? Pues, ahora lo descubrimos.

No me manifestaré ya sólo porque sea el mayor atentado contra los trabajadores, me manifestaré porque van a hundir el país. Algunos creemos que ésto nos lleva directamente a la intervención del país. Algunos medios ultraconservadores ( dentro y fuera del Estado) animan al Gobierno, son los seguidores de Milton Friedman y su escuela de Chicago. Son esos que llevan años destrozando con sus políticas económicas las naciones de medio mundo. El pensamiento de Milton era muy sencillo, aprovechar el momento para destrozar todo intervencionismo del Estado, ya fuese por manu militari en el Cono Sur, o por medios democráticos aprovechando cualquier crisis. Como dijo en su momento Solo una crisis ( real o percibida como tal ) produce un verdadero cambio. Cuando ocurre esa crisis, las acciones que se emprenden dependen de las ideas existentes en aquel momento. Ésa es en mi opinión, nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes y mantenerlas vivas y disponibles hasta que lo políticamente imposible se convierta en políticamente inevitable ".


En esas nos encontramos, con un gobierno que ataca a su pueblo trabajador. Un gobierno que aprovecha unas cifras de paro para destrozar los derechos laborales conquistados en muchos años. Nadie en su sano juicio estaría en contra de una reforma, pero no de ésta. Una reforma que quiere acabar con la dualidad en el mercado de trabajo, no puede pretenderlo haciéndolo igualando por abajo, y dejando a los trabajadores totalmente indefensos. Sólo puede ser aplaudida por gente que no conoce lo que significa la seguridad en el trabajo para la salud del trabajador, y para la confianza de la población en su país.

Después de ver todos los episodios de corrupción en el país, en la que los ciudadanos nos sentimos engañados, lo más contraproducente, e injusto también, es hacer recaer sobre los trabajadores de un país la catástrofe en que los políticos le han sumido. Lo que puede surgir de todo ésto, es todo menos bueno. No es de extrañar que la gente joven se quiera marchar del país, no es de extrañar porque parece que todo lo que tiene este gobierno que ofrecer es un puesto de camarero mal pagado. Una España de sirvientes para potentados de aquí, y para trabajadores foranos. Una España que reniega de cualquier cosa que signifique investigación, desarrollo y competitividad. El franquismo económico en versión democrática. La renuncia de aquellos que pretender ahorrar la peseta y tirar los duros. La política de los inútiles de siempre, la de aquellos que crearon una burbuja. Burbuja que no podrán volver a crear ni aunque estén cincuenta años. Una mamarrachada más de un gobierno mamarracho. Pues que sepan que en España se aguanta con exportación en muchos sitios del Norte, no hay más que ver las balanzas comerciales, que pregunten cómo se consigue eso. Claro que en Madrid, la oligarquía financiera solo conoce de labores de zapa en la Corte. Que miren al Norte, que miren y aprendan cómo se exporta, y cómo se consigue vender con calidad y no sólo con costes labores asiáticos.

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