miércoles, 28 de marzo de 2012

UNA DE LAS ... ESPAÑAS HA DE HELARTE EL CORAZÓN

Ayer Expansión sacaba un cuadro de lo que han aumentado las remuneraciones de los gestores de las empresas del Ibex en el transcurso de la crisis.






Como se puede ver para la mayoría de los gestores no se ha notado la crisis, y eso, a pesar de que la mayoría de las empresas no lo han hecho bien en su andadura bursátil. Hasta ahora se creía que una cosa debía ir con la otra. Sería la forma de reconocer una gestión que, como se decía, creaba valor para el accionista.


Tampoco sorprenderá a nadie que, la mayoría de las empresas españolas tenga que ver con ámbitos de negocio muy ligados al poder político. Digamos que forman parte de la armadura financiera, y del núcleo de concesiones otorgadas por el poder político, ya sean de medios de comunicación, de infraestructuras y servicios varios, energéticas... La mayor empresa no financiera es Telefónica, ex-monopolio privatizado por los gobiernos sucesivos de Felipe González y José María Aznar, por donde pasó en su presidencia el compañero de pupitre de Aznar, el Sr Villalonga. Este se fue con una gran indemnización dejando una mala gestión, con malos recuerdos para los que compraron acciones de las filiales y con un gran costo en la adjudicación de licencias europeas que por aquellos tiempos se licitaban. A su salida llegó a su presidencia, por mandato del milagrero Aznar ( el milagro soy yo), el Sr. César Alierta. Con Telefónica como actor principal en la telefonía y banda ancha, España ha sido un país con un sector muy poco liberalizado en el que los otros actores han tenido enormes dificultades, y que no ha tenido empacho en colocar en puestos variados a muchos ex-políticos: la puerta giratoria entre las corporaciones y el poder político en el Estado Español, Capital Madrid. Cabría recordar aquí la concesión de telefonía móvil que se le concedió a los Entrecanales ( Acciona), que si recuerdan se llamaba Airtel. Dicha empresa fue vendida con pingües beneficios a Vodafone. Es el típico negocio que se entrega a un socio, empresario local, para que después sea colocado a una empresa extranjera. Dichos empresarios también fueron beneficiados en la lucha por Endesa, entre alemanes e italianos, en que aparecieron como el capitalista nacional necesario, y que luego dejaron de ser tan imprescindibles y acabaron vendiendo su parte en la empresa sin problemas a los italianos. Curiosamente, esa empresa tiene a Solbes y Salgado en Endesa y filial chilena, respectivamente..


Si quieren profundizar en este asunto, recomiendo la lectura de el El declive de los Dioses, de Manuel Guindal, un repaso de la transición económica en España. También recomiendo el blog de Agustín Marco, que sobre estos tejemanejes, y a colación del asunto Salgado, concluía:



Por todo ello, creo que Salgado va a cobrar muy poco por ser consejera de Chilectra. Debería recibir una gratificación acorde a los servicios prestados, que son muchos y variados. Fíjense si está contento el presidente de Endesa, por cierto el primero en la historia de la compañía sin titulación académica (vean el currículo oficial) con estos amiguetes, que el jueves pidió al Gobierno de turno que nos suba la luz un 20% en los dos próximos años. Aumento con el que todos pagaremos el dichoso déficit de tarifa y el jornal de la Salgado y similares, llámense Aznar, Solbes y Madi (Endesa), Felipe González (Gas Natural), José Jon Imaz (Repsol), Manuel Marín (Iberdrola) o Carmen Becerril (Acciona). Por favor, empresas del Ibex, páguenles como Dios manda. Por caridad y por rentabilidad cristiana.

De interés para los aragoneses, cansados de los muertos en nuestras carreteras nacionales del Valle del Ebro, es la prórroga de la concesión de las Autopistas efectuada en la época Aznar ( año 2000). En aquél entonces, BBva traspasó su concesión a Sacyr, y su presidente se la traspasó años más tarde a Abertis vanagloriándose de que había sacado ocho veces lo invertido.

Hay muchos más pelotazos que contar, pero es bueno saber que muchas de estas empresas tienen interlocución diaria y directa con el gobierno del Estado, y que forman los lobbies que intentan condicionar las políticas de éste. De tal forma que, por ejemplo, las concesionarias y constructoras están presionando sobre diferentes aspectos: las radiales de Madrid y sus costos, la posibilidad de cobrar en autovías para sacar fondos para las nuevas concesiones, o incluso la posibilidad de prórrogas en las concesiones más rentables.



Esto es España desde que un monarca creó una villa y corte en Madrid, desde la que se irradia todo lo demás, y desde hace siglos se ha practicado el amiguismo, el clientelismo, y los negocios desde la proximidad al monarca, al dictador, al monigote o las menos de las veces, a un presidente elegido democráticamente. César Molinas lo recoge a la perfección en el artículo siguiente:

España, capital Madrid





Hasta aquí, una pequeña muestra de lo que es España. Un país de imposible cohesión territorial, y aún menos, social. Máxime, cuando ambas cosas se entremezclan en un auténtico puzzle demagógico, y en el que una de las partes, no lo dudes, ha de helarte el corazón. Un país centralista en cuanto a la disposición económica que, a su vez, se ha vestido de cierto ropaje descentralizante, que le ocurre como al rey que llevaba e mejor traje del mundo y estaba desnudo. Como si la solución política para mantener el mamoneo madrileño fuera crear diecisiete madrides, eso sí, sin responsabilidad fiscal. Para mi, opinión personal, no deberían haberse hecho más de seis y con un sistema de responsabilidad fiscal y política, salvaguardando la solidaridad entre estados federales hasta un cierto punto. Y, por supuesto, una deslocalización de los aparatos del Estado de la ciudad central de un país radial.




Y, el colmo de los colmos, es que los del principio, los citados del ibex, le han escrito la reforma laboral al gobierno, y todo es por el bien del país. Y eso, después de que esos sectores se hayan beneficiado de la mayor de las burbujas, porque hacían más casas, más conexiones electricas, conexiones telefónicas, más carreteras, más trenes de alta velocidad, se adjudicaban más concursos de prestación de servicios, se daban más créditos y, en definitiva, acumulaban capital. Atraían capital extranjero como accionistas y se internacionalizaban con las plusvalías de dentro del país, y ahora no se les ocurre otra cosa que la deflación de salarios y derechos sociales. Y siguen queriéndose beneficiarse de las privatizaciones a las que, inexorablemente, nos aboca la situación fiscal del país, ante la falta de altura de miras, de no saberse salta el capitalismo castizo y la ola neoliberal que imponen FMI y Merkel. Siguen queriendo beneficiarse a pesar de que son ellos la raíz del problema económico del Estado. Lo hacen sin reparos. Incluso, el presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, alababa, el otro día, lo que hacía el gobierno, y solicitaba que les dieran la prestación de servicios públicos esenciales para hacerlo de forma privada teñida de integral. Claro, son esos mismos que no quieren pagar impuestos, y que tienen todos fondos en paraísos fiscales. Son aquellos que provocan la insostenibilidad fiscal del Estado de Bienestar, y además quieren apropiarse de sus prestaciones. Son aquellos, cuyos conglomerados están pagando en impuestos de sociedades menos de un doce por ciento, beneficiciándose de las múltiples deducciones que dejaran a su servicio Aznar y Rato, y de las que Zapatero no quiso acordarse.

Todo esto está en la retina, todo esto nos debería llevar a algo más que una huelga general. Es necesario, sin duda, llegar mucho más allá. El modelo que nos plantean es el vasallaje y en el siglo XXI seríamos idiotas si lo permitiésemos. Más vigente que nunca, el HIMNO A LA LIBERTAD.





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